- Airarse es vengar las faltas ajenas en nosotros mismos. (Alexander Pope)
- Aunque te aconsejes tarde, mira, oh joven imprudente, que ser con ira valiente no es dejar de ser cobarde. (Pedro Calderón De La Barca)
- Contra la ira, dilación. (Séneca)
- Cuando deje de indignarme, habrá comenzado mi vejez. (André Gide)
- Cuando estés irritado, cuenta hasta diez antes de hablar; si estás airado, cuenta hasta cien. (Thomas Jefferson)
- Cuando estés irritado, cuenta hasta diez; cuando estés muy irritado, suelta tacos. (Mark Twain)
- Cuando la cólera sale de madre, no tiene la lengua padre, ayo ni freno que la corrija. (Miguel De Cervantes)
- El hombre debiera aprender a mantenerse ecuánime. Con el fuego de la ira, a sus inferiores los hace superiores a sí mismo. (Ralph W. Emerson)
- Es un necio quien no puede enfadarse; pero es un sabio quien no se enfada, pues el enfado nada compone y sólo castiga al mismo que se enfada. (Noel Clarasó)
- La cólera es una ráfaga de viento que apaga la lámpara de la inteligencia. (Robert G. Ingersoll)
- La fuerza que sacamos del rencor y de la irritación es sólo debilidad. (Madame De Swetchine)
- La ira es un caballo fogoso; si se le da rienda suelta, se agota pronto por un exceso de ardor. (William Shakespeare)
- La razón trata de decidir lo que es justo. La cólera trata de que sea justo todo lo que ella ha decidido. (Séneca)
- La respuesta suave calma la ira, así como el aceite calma las olas. Esta respuesta suave, casi en voz baja, lenta y buena es una de las empresas más difíciles de este mundo. (Noel Clarasó)
- Lo que empieza en cólera acaba en vergüenza. (Benjamin Franklin)
- Lo que la lluvia es para el fuego, la piedad lo es para la cólera. (Arthur Schopenhauer)
- No acometas obra alguna con la furia de la pasión; equivale a hacerse a la mar en plena borrasca. (Thomas Fuller)
- No hay pasión que quebrante tanto la sinceridad del juicio como la ira. (Michel E. De Montaigne)
- No os entreguéis por demasiado tiempo a la cólera; una cólera prolongada engendra el odio. (Ovidio)
- Opónense a la razón dos antagonistas formidables: la cólera, que tienen la sede de su imperio en el corazón, en los orígenes mismos de la vida, y la lubricidad, que extiende su preponderancia hasta más abajo de la región abdominal. (Erasmo De Rotterdam)
- Por estas dos cosas no debe airarse un hombre nunca: por lo que puede remediar y por lo que no puede remediarse. (Thomas Fuller)
- Si te enfadas, piensa en las consecuencias. (Confucio)
- Somos más sinceros cuando estamos iracundos que cuando estamos tranquilos. (Cicerón)
- Ten el valor de la astucia que frena la cólera y espera el momento propio para desencadenarla. (Gengis Kan)
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